Nos encontramos en el valle de Ara, donde se encuentra un pequeño pero pintoresco pueblo que enamora desde el primer momento. Boltaña, una población sencilla y callada pero que con su casco antiguo y el entorno donde se encuentra te deja enamorado.
Es el lugar ideal para descansar, conectar con la naturaleza, hacer rutas por pueblos cercanos, disfrutar de actividades de deporte y conocer la maravillosa gastronomía. Un rincón que te ofrece un gran abanico de opciones.
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Descubre Boltaña y su privilegiada villa histórica
Cuando caminamos por las calles de Boltaña descubrimos la magia que se nota en el ambiente por el pasado tan diverso y fascinante del pueblo.
Años atrás, la población recibía el nombre de Boletania, y sus historias se cuentan desde el Imperio Romano, que designó el pueblo como Municipium Boletanum. Siguiendo la historia, conocemos también las invasiones musulmanas que sufrió, dejando como testimonio un imponente castillo en la cima del monte de San Martín, desde donde intentaban contener la reconquista. Incluso, se conoce el nombre del gobernador musulman, Amrus ibn Muhammad, designado por Abderramán III para este puesto estratégico.
Sin embargo, la historia continúa en un vaivén de poder, pasando por manos de reyes navarros como García Sánchez I, Jimeno Garcés y Sancho Galíndez, antes de integrarse en el reinado de Ramiro I de Aragón. Con el tiempo, la importancia de Boltaña fue disminuyendo mientras un pueblo de al lado, Aínsa, iba ganando protagonismo.
No obstante, Boltaña conserva sus mágicas calles y tesoros. El río Ara, uno de lo más fluviales más salvajes de la península, añade un toque de espectacularidad a su entorno, atrayendo a los aficionados de los deportes de aventura. La población está rodeada de imponentes montañas que permiten a los visitantes conectar con la naturaleza y respirar aire puro. Descubrirás también lo bien que se come por la zona, ¡disfruta de una buena comilona!
2. Castillo de Boltaña
Aunque el pueblo Boltaña no es una población muy monumental, sí que conserva algunos exponentes arquitectónicos que hay que conocer.
El Castillo de Boltaña se ubica majestuosamente en lo alto del monte de San Martín, como un testigo de las historias que han pasado por esta región del Pirineo Aragonés durante años. Su imponente presencia recuerda una época de esplendor medieval y luchas por el control de las tierras.
Fue construido en el siglo X, por artistas y artesanos de formación lombarda con objetivos defensivos. Actualmente se encuentra en ruinas pero se puede adivinar que su estructura es militar y está formada por una muralla y una torre vigía. En su interior se identifica un aljibe, donde se acumulaba el agua.
No obstante, en el siglo XVI, cuando se edificó Aínsa, se comenzó a descuidar hasta el día de hoy.
3. Colegiata de San Pedro
En el corazón del casco antiguo de Boltaña se encuentra otro destacado monumento que se debe visitar: la imponente Colegiata de San Pedro, uno de los templos más grandes del Pirineo aragonés.
A primera vista, su exterior puede pasar desapercibido, pero al traspasar sus puertas, te sorprende una gran nave central con bóveda de crucería. Esta magnífica edificación, de origen gótico aragonés con toques renacentistas, se remonta al siglo XVI, aunque se debe recalcar que anteriormente se levantó una ermita románica en el siglo XIII.
Antes de adentrarse en su interior, vale la pena detenerse a contemplar sus portadas románicas y la torre campanario. Una vez dentro, llaman la atención la elegante sillería del coro, con sus asientos de estilo barroco del siglo XVIII, así como la pila bautismal proveniente de la iglesia de Burgasé y el retablo de la iglesia de San Lorenzo de Morillo, ubicada en la localidad de Sampietro. Cada rincón de esta impresionante colegiata cuenta una historia que refleja la rica herencia cultural y religiosa de la región.
4. Pueblos alrededor de Boltaña
Los alrededores de Boltaña ofrecen varios pueblos que vale la pena que se visiten. En la comarca de Sobrarbe, con sus 19 municipios, abundan los rincones con encanto, pero entre las opciones, destacan Aínsa, Broto y Torla como destinos imprescindibles en cualquier viaje por el Pirineo aragonés, ideales para hacer excursiones desde Boltaña.
Aínsa, con su casco histórico declarado Conjunto Histórico-Artístico, cautiva con su esencia medieval. Sus callejuelas empedradas, la gran Plaza Mayor, la imponente fortaleza con su torre del homenaje y la iglesia románica de Santa María invitan a sumergirse en un viaje en el tiempo. Este pueblo forma parte de la red de Pueblos más Bonitos de España, y su ubicación estratégica a orillas de los ríos Ara y Cinca, con su conjunto del siglo XV alzándose como una atalaya hacia los Pirineos, añade un atractivo adicional a su belleza.
Por otro lado, Broto también merece la pensa visitarlo, no solo por sus actividades culturales, como las ermitas de San Blas y San Clemente, la iglesia fortificada de San Pedro o la Casa del Valle, sino también por las numerosas oportunidades de aventura que ofrece. La vía ferrata de la cascada de Sorrosal es una experiencia increíble, con niveles aptos para todos los excursionistas. Además, su proximidad al sector principal del Parque Nacional de Ordesa convierte a Broto en un punto de partida ideal para explorar esta maravilla natural.
Y por último, Torla-Ordesa, es la puerta principal al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, constituye otro punto de parada imprescindible. A diferencia de Broto, los visitantes son atraídos no tanto por su centro histórico como por la impresionante naturaleza que rodea la zona.
Vale la pena recorrer sus antiguas calles medievales, admirar las casas adornadas con blasones en sus fachadas, explorar la iglesia románica de San Salvador con sus retablos, y visitar el castillo que alberga el Museo Etnológico.
Te invitamos a reservar ya tu escapada al Monasterio de Boltaña para disfrutar de todos estos tesoros históricos de Boltaña. ¿A qué esperas?