Monasterio de Boltaña en The Washington Post

noviembre 20, 2024
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Este artículo ha sido publicado en The Washington Post. Puedes leer la versión original aquí: World’s ‘smallest film festival’ is one big party — if you can get there. A continuación, compartimos una traducción independiente del artículo de Michael Robinson Chávez para hacerlo llegar a nuestros huéspedes y cualquier persona interesada.

El festival de cine más pequeño del mundo es una gran fiesta… si logras llegar

Tomar una carretera vertiginosa en los Pirineos es parte del recorrido para llegar al pequeño festival de cine en España.

Por Michael Robinson Chávez
13 de noviembre de 2024

ASCASO, España — En algún punto del trayecto de una carretera de un solo carril, llena de curvas cerradas y precipicios casi verticales, podrías empezar a cuestionarte si tu GPS está funcionando correctamente. Las interminables curvas y bosques de pinos solo son interrumpidos ocasionalmente por alguna vaca que se cruza en el camino.

Y entonces, aparece este pueblo del siglo XVII, encaramado en una cresta entre montañas arboladas y el valle del río Ara, a unos 500 metros más abajo. Ascaso consiste en una serie de construcciones de piedra: una iglesia con su campanario, siete casas y una pantalla que cuelga del lateral de uno de los dos antiguos establos.

Bienvenidos a la Muestra de Cine de Ascaso, también conocida como el “festival de cine más pequeño del mundo”.

Los inicios de la Muestra de Cine de Ascaso

En 1997, Miguel Cordero descubrió Ascaso mientras ayudaba a una amiga a buscar un lugar donde vivir. Sin embargo, la ubicación era demasiado remota para ella, que tenía hijos y veía inviable el acceso escolar, especialmente en invierno.

“Ella no podía comprar el lugar, así que lo hice yo”, cuenta Cordero.

La idea de organizar un festival íntimo que rindiera homenaje al cine y permitiera a los locales disfrutar de películas de calidad comenzó a tomar forma años después. La pasión de Cordero por el cine lo llevó, junto a su pareja, Néstor Prades, a iniciar un festival bajo las estrellas.

“Estuve trabajando un tiempo en una plataforma en línea para cine independiente”, dice Cordero, quien trabaja en el Ayuntamiento de Coslada, cerca de Madrid. “Conocí a un director de Radio 3, y con él empezamos a mostrar películas a algunos amigos en la casa de Ascaso. Pero queríamos abrirlo a más gente”.

Un festival a escala humana

Cordero explica que los grandes festivales comenzaron a flaquear durante la crisis financiera de 2008. “Tenemos que volver a una escala más humana. Esa es nuestra filosofía”.

Desde 2012, Cordero y Prades han organizado el evento. Gracias a una campaña de micromecenazgo en 2013, comenzaron a transformar Ascaso en un lugar para proyectar películas y recibir visitantes.

Un antiguo establo ahora funciona como bar/sala de proyección, la antigua sala de pienso es un “mini-cine” y el área de trilla se ha convertido en el espacio principal de proyección. Este año, el festival presentó una ecléctica mezcla de películas de Italia, Francia, Palestina, España e Irán durante cinco días.

No esperes alfombras rojas, paparazzi ni grandes luces. Piensa más bien en bandas punk-folk, baile improvisado, una gran paella, catas de vino español y, ocasionalmente, un murciélago que atraviesa la sala de proyección.

Un festival en el corazón de los Pirineos

Para quienes desean pasar la noche en Ascaso, existe un pequeño campamento, aunque muchos optan por hoteles cercanos en Boltaña, incluido el Hotel & Spa Monasterio de Boltaña, un cinco estrellas con habitaciones en edificios del siglo XVII.

La pandemia de 2020 marcó un antes y un después para este festival. Al ser un evento al aire libre en las montañas, continuó celebrándose y atrajo a muchas personas deseosas de opciones culturales.

En 2022, la carretera que serpentea por la montaña fue asfaltada y se instaló electricidad fiable. Esto hizo que más personas compraran casas en el pueblo, dándole un aire de comunidad permanente.

Gastronomía, música y cine

Además de las películas, los visitantes pueden disfrutar de la gastronomía local, como el ternasco (cordero asado) y truchas frescas en restaurantes del valle, como L’Abadía de Sieste o el Asador El Pajar.

El festival culmina con un almuerzo popular donde se cocina paella en enormes sartenes, seguido de una siesta y música. Este año, el grupo Ixera, originario de Aragón, animó la noche con instrumentos tradicionales, danzas y fuegos artificiales.

Bajo el cielo estrellado, se proyectan películas y se celebran charlas con cineastas y críticos. Cordero y Prades esperan reunir los recursos necesarios para una 14ª edición.

“Los derechos de proyección son iguales si estás en Cannes o en los Pirineos”, dice Cordero. “Excepto los proyeccionistas, nadie nos cobra, todo lo hacen voluntarios”.

El festival cerró este año con Perfect Days (2023), de Wim Wenders, una elección perfecta para un evento que promete ser cinco días inolvidables de cine y convivencia en un entorno único.

“Los objetivos del festival son revivir el pueblo y que las personas vuelvan a enamorarse del cine”, concluye Cordero.

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